Cuando una empresa es capaz de generar tanta información por segundo, los datos que mueve suponen una importante inversión en plataformas de big data de gestión. Es por ello que la maximización de la calidad de datos acaba convirtiéndose en una de sus principales razones de ser. Y en el mundo empresarial, una razón de ser es sinónimo de negocio.
Generar datos por el mero hecho de generar datos no aporta nada a la empresa, es más, este procedimiento estará causando importantes pérdidas mensuales tanto por inversión en gestión de datos inútiles como por el coste de oportunidad asociado a no implementarlos en procesos de decisión y negocio empresarial.
Es en este punto donde la calidad de los datos entra en acción, sirviéndonos de ella para mejorar los productos ofertados o los servicios realizados. A través de todas las plataformas de big data o de gestión de clientes o acciones comerciales podemos incorporar tantas variables como sean necesarias a cada caso. Posteriormente, debemos ser capaces de cruzar todos estos datos de forma inteligente para que se resalten oportunidades de negocio, ineficiencias o puntos de mejora.
La definición de KPI’s y métricas que respondan a un objetivo es esencial. En el entorno empresarial, cualquier objetivo que no se pueda cuantificar no va a servir para tomar decisiones, y por lo tanto no va a servir para mejorar procesos, productos o servicios. Esta máxima que debería estar impresa en fuego en el corazón de las empresas, a menudo pasa desapercibida y se relega a otros departamentos o tipo de acciones comerciales. Pero para conseguir una máxima calidad en nuestros datos debemos entender previamente qué queremos conseguir con ellos y cómo estructurarlos para poder manipularlos y gestionarlos más fácilmente para conseguir nuestros fines empresariales.
Con todo este análisis basado en la calidad de los datos podremos finalmente optar por la retirada de un producto que a nivel de ventas no funciona mal pero sí que está haciendo daño en la popularidad en los principales foros de opinión en que se define el ZMOT de futuros clientes. O bien incorporaremos medidas de optimización de tiempos de entrega sobre la premisa de readaptar los métodos de envío. O detectaremos zonas específicas con un engagement mayor con nuestros productos a las que premiar y seguir potenciando para que no abandonen esa beneficiosa costumbre. A fin de cuentas, calidad de datos es calidad de decisiones. Si nos centramos exclusivamente en cómo vendemos o no vendemos estaríamos perdiendo el componente viral, emocional o de tendencia que otros datos como por ejemplos los procedentes de la Social Analytics nos podrían estar dando. Filtrar esta información, adaptarla a las KPI’s y métricas deseables y tomar decisiones de negocio en base a ellas puede marcar un antes y un después en la forma organizativa de la empresa y, finalmente, en la percepción del cliente sobre nuestros servicios y los propios beneficios mes a mes.
Roger Llorens, licenciado en Administración y Dirección de empresas por la Universidad Autònoma de Barcelona, completando sus estudios en la Linnaeus University de Suecia. Especializado en Marketing Online desde 2008, ha trabajado como diseñador de proyectos de posicionamiento web (SEO y Marketing de Contenidos), campañas en redes sociales para empresas y pymes (SMO – SMM) y estrategia online corporativa y comunicativa para varias empresas y startups. Puede seguirlo en su cuenta de Twitter.
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Imagen: www.joygroup.nl